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Banca online: cómo operar desde casa con seguridad a través de tus servicios bancarios

Martes, Mayo 19, 2020
El número de usuarios de banca online es creciente. Por comodidad, por rapidez, por seguridad. No hay desplazamiento a la sucursal, con lo que se ahorra tiempo. Asimismo, pueden hacerse casi todas las gestiones sin moverse de casa con un puñado de clics y se evita manejar dinero en efectivo. Así que es un sistema que presenta muchas ventajas.
 
Como consecuencia, son muchos los clientes que hace una eternidad que no han puesto un pie en las oficinas de su entidad financiera. Otras personas, en cambio, prefieren seguir acudiendo a la sucursal de toda la vida, usando la cartilla o tirando de chequera.
 
Ir al banco en los tiempos del COVID-19
 
Sea por edad, por costumbre o por mentalidad, los que se sienten identificados con el segundo grupo descrito han visto limitados sus movimientos con la irrupción del coronavirus. Como el resto de la población, obviamente. Aunque en todo momento ha existido la posibilidad de acudir a aquellas sucursales que los bancos mantienen abiertas y operativas,  son más los usuarios que optan ahora por realizar operaciones a través de Internet. Por temor al contagio, como medida de prevención.
 
La banca online, más útil aún durante la crisis del coronavirus
 
Tanto para los que se están iniciando en la banca on line como los que ya son habituales, en todo caso, conviene tomar ciertas precauciones al utilizarla. Te contamos cómo operar desde casa con seguridad a través de tus servicios bancarios. Durante y después del coronavirus.
 
Obviamente, la operativa online exige contar con un dispositivo que pueda conectarse a Internet: ordenador, tableta, teléfono móvil… Antes de empezar a usarla, además, deberás haber firmado un contrato con la entidad financiera de tu elección. Si aún no lo has hecho, te recomendamos que te fijes bien en las condiciones que te ofrecen. No obstante, la norma general dice que puedes realizar tus operaciones habituales de forma gratuita: comprobar saldos, efectuar transferencias, gestionar recibos e, incluso, contratar productos.
 
En ese sentido, desde el Banco de España recuerdan que «el hecho de que contratemos a distancia no limita nuestros derechos como consumidores. El banco está obligado a facilitarnos la correspondiente información precontractual y contractual cuando sea oportuno. La rapidez y la sencillez de la contratación por Internet no debe llevarnos a tomar decisiones precipitadas. Gracias a la tecnología, puedes comparar fácilmente en el mercado las condiciones de los distintos productos y servicios», subrayan.
 
Operar con tu cuenta bancaria y comprar por Internet de forma segura
 
Desde esa misma institución dan los siguientes consejos para evitar riesgos a la hora de hacer gestiones bancarias o compras on line y operar, así, con seguridad:
 
No facilites datos confidenciales. Ten en cuenta que tu banco nunca va a pedirte las claves de acceso o el número secreto de la tarjeta por ninguna vía, ya sea por correo electrónico o por teléfono. Ni siquiera por carta.
Rechaza comunicar información sobre tu persona ni respondas a solicitudes que no hayas efectuado.
Evita mandar tus claves por correo electrónico.
Del mismo modo, resulta peligroso y desaconsejable compartir tus contraseñas en redes sociales.
Cambia con regularidad la clave de firma.
Debes desconfiar de todos aquellos correos y mensajes que no provengan de una fuente legítima. Ante la duda, realiza comprobaciones, por ejemplo, ponerte en contacto con el banco a través de su número oficial.
No pinches sobre enlaces sospechosos o cuyo remitente desconoces.
Un negocio on line puede pedirte los números de la tarjeta para hacer un pago -de hecho, es lo normal- o el de cuenta para, por ejemplo, domiciliar un servicio, pero nunca las claves de seguridad de las mismas u otra información privada.
 
Compras por Internet
 
En cuanto a los pagos electrónicos, «la vigente normativa PSD2 establece las medidas de protección, exigiendo a los usuarios una autenticación reforzada. Hasta ahora, cuando hacías compras por Internet, normalmente bastaba con dar el número de tarjeta, la fecha de caducidad y el CVV (código de seguridad del reverso). Sin embargo, estos elementos han dejado de ser suficientes en términos de seguridad», explican desde la entidad supervisora.
 
La autenticación, como es lógico, tiene como finalidad comprobar la identidad del usuario que está llevando a cabo un abono. «Su objetivo es verificar que la persona que paga es quien dice ser. La autenticación reforzada exige, además, que en el pago se utilicen al menos dos datos distintos para acreditar la identidad y reducir el riesgo de fraude». Esas barreras de seguridad se conocen como factores de autenticación, que, en todo caso, deben ser independientes entre sí y pueden consistir en la combinación de dos de estos tres elementos:
 
Un dato que el cliente conoce (factores de conocimiento): una contraseña o un PIN.
Algo que posee (factores de posesión): una tarjeta, un dispositivo móvil, una notificación al móvil (OTP), etc.
Una parte del cuerpo del usuario (factores de inherencia): huella dactilar, iris, etc.
En general, basta con aplicar el sentido común al operar on line con un sistema que nos brinda la posibilidad de tener el banco a nuestra disposición 24 horas al día y durante todo el año.